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Se acerca la época navideña y, con ella, ese momento que casi todos dejamos para el último día y que, sin querer, acabamos haciéndolo rápido, mal y, sin duda, muy poco personalizado. ¿Te imaginas de que estamos hablando? Sí, habías pensado bien: del maravilloso momento de ir a comprar los regalos navideños.

Diciembre es un mes muy movido, para unos es el mejor momento del año, otros lo odian y no son nada fanáticos de la decoración y todas las tradiciones navideñas como hornear galletas, decorar el árbol… Pero, sin duda, aún para los menos forofos, la Navidad es una época movidita, de reencuentros, comidas de empresa, familiares, de amigos… y de comprar regalos para la gente que queremos.

Pensar y buscar regalos navideños (o de lo que sea) puede ser un poco rollo, depende mucho de a quién te toque regalarle: tu madre, tu cuñado, el amigo invisible, el hijo de tu novia, un compi de trabajo con el que apenas has cruzado tres palabras en cinco años, un amigo del Eramus… Regalar en muchas ocasiones es un compromiso por educación y tradición, pero, si se hace, hay que hacerlo bien. Todos sabemos cuánta rabia da que alguien te regale algo en lo que no ha puesto una pizca de cariño  ni le ha dedicado dos minutos de atención. Seguro que algunas de estas situaciones te resultan familiares:

  • Rompes el papel, apartas las burburjas, abres y … ¡un jarrón con tu mejor sonrisa! ¿Qué haces con ese jarrón de cerámica? ¡Si a ti te encantan los videojuegos y eres alérgico a las plantas!
  • Deshaces el lazo, abres la caja y … ¡un fular! ¿Qué haces con ese fular de lana de colores? ¡Si vives en Canarias y vistes de negro!
  • Cortas el sobre, abres un saquito y…¡unos pendientes enormes de plata! ¿Qué haces con esos pendientes? ¡Si no tienes agujeros en la orejas y eres alérgico a la plata!

Bueno, y por supuesto no subestimemos las tazas y los calcetines, ese regalo por excelencia al que todos acudimos cuando no sabemos qué comprar. Oye, todos desayunamos y nos gusta tener los pies calentitos así que dentro de lo malo podemos decir que no es lo peor… excepto cuando llevas 10 años recibiendo la misma taza y ya no te caben más en el armario.

Como está claro que estas Navidades no queremos regalos de este tipo, en este artículo  vamos a hacer algo por el bien común: aquí van 3 consejos para regalar bien:

  1. Dedica el tiempo necesario

Esto es clave. Buscar y pensar cosas con prisas no es una buena idea. Tener tiempo de sobra te va a ayudar a valorar y a elegir algo que realmente sea una buena opción para esa persona que lo va a recibir. Además, te permitirá a descartar esos regalos que solo comprarías cuando quedan 5 minutos para que cierren la tienda a la que has ido justo antes de acudir a la cena de amigo invisible.

Si compras online acuérdate de que así como tú necesitas tu tiempo para encontrar el regalo perfecto, las marcas necesitan el suyo para gestionar tu pedido y hacértelo llegar con mimo, cariño y tiempo suficiente de preparación.  Por supuesto, si compras en tienda física recuerda que el espacio de almacenamiento de stock es limitado, por lo que puede ocurrirte que eso que te ha costado tanto encontrar no esté en ese momento disponible y necesiten unos días de margen para podértelo enviar.

Ponle cariño al tema

Piensa en la persona que va a recibir el regalo, en sus gustos, en lo que tiene, que no tiene, en sus hobbies, necesidades, en cómo es su personalidad y valora diferentes opciones. Y muy importante, apóyate (si te hace falta) en amigos, parejas o familiares que te puedan dar pistas o consejos. Seguro que esta frase la has oído más de una vez pero por si se te ha olvidado recuerda que “el regalo tiene que gustarle al que lo va a recibir, no a ti”.

Sé original

Dale una vuelta a las cosas y busca objetos, prendas, productos y detalles con un toque diferente. Comprar algo cotidiano o cero especial ya lo hacemos todos en nuestro día a día. Sorprender forma parte del regalo y conseguir dejar huella tiene que ser tu principal objetivo. Al final, cuando alguien hace un detalle, dice mucho de la persona que lo compra. Quizá en vez de ir a por un suéter de cualquier tienda básica puedes ir a comprar esa camiseta pintada a mano, ese anillo personalizado, esa artesanía que tanto le gusta a la otra persona y que le hará acordarse de ti cada vez que la vea.

 

En Mercado de Tapineria tienes muchísimas opciones para hacer unos regalos increíbles, variados y personalizados. Y si nuestro entorno no te parece suficiente, siempre puedes disfrutar del comercio local del barrio, de la ciudad y de nuestra terreta.

 

PD: ¡Recuerda siempre regalar con el ticket incluido! Aunque sabemos que la intención es lo que cuenta, está bien dar ese plan B por si aun con todos estos tips no hemos conseguido el objetivo.