Para los artesanos, los pequeños empresarios, los autónomos que tenéis una marca de moda, complementos, bisutería, arte, decoración, juguetes o cualquier proyecto que merezca ver la luz, seguro que te has planteado (o ya te has lanzado) a participar en una pop up store, un mercadillo o una flashstore. Y si no lo has hecho, ya estás tardando. Estos eventos efímeros son la mejor excusa para sacar tu marca de paseo, ponerte cara a cara con tu clientela y hacer mucho más que vender.
Pero ojo, que no todo vale. No basta con montar tu stand feria con cuatro perchas, una mesa y cruzar los dedos. Si quieres que tu participación marque la diferencia, aquí van unos cuantos consejos canallas pero muy reales. Palabra tapinera como expertos en organizar saraos.
1. Empieza en casa: controla los gastos
Antes de hablar de diseño minimalista, luces bonitas y fotos para Instagram, hablemos de dinero. Porque sí, participar en una feria de la artesanía, un mercadillo o un pop up cuesta pasta. Y no solo hablamos del precio del stand.
Si es tu primera vez, lo más inteligente es empezar por mercadillos en tu ciudad o pueblo. No necesitas hospedaje, ni coche, ni furgoneta, ni tren. Puedes dormir en tu cama, comer en casa (o llevarte un tupper) y aún así vivir la experiencia.
Si decides lanzarte fuera, haz bien los números. ¿Cuánto cuesta el transporte? ¿Puedes ir en tu coche o necesitas alquilar? ¿Dónde vas a dormir? ¿Cuánto cuesta la plaza en el evento? ¿Comerás de bar o tirarás de bocadillo casero? Parece obvio, pero muchas veces lo pasamos por alto y los gastos se comen los beneficios.
Además, recuerda que una pop up store no es una apuesta segura. Hay margen de riesgo, y eso es parte del juego. Puedes vender muchísimo o no vender casi nada. Lo importante es valorar previamente si merece la pena asumir ese riesgo en ese lugar concreto.
2. El stand lo es TODO
Aquí viene uno de los grandes: tu stand feria es tu carta de presentación. Es lo primero que ve la gente, es donde se paran (o no), es donde tu marca cobra vida. Así que, por favor, mímatelo.
- Que esté limpio y bien montado.
- Que el producto se vea y se entienda.
- Que tenga una estética coherente con tu marca. ¿Eres minimalista? Pues apuesta por un diseño minimalista y elegante. ¿Eres cañero? ¡Que se note!
- Que invite a entrar, tocar y curiosear.
No hace falta gastarse una fortuna, pero sí tener gusto y pensar en la experiencia del cliente. Piensa que estás creando un pequeño universo efímero que debe atrapar al público en segundos. Y eso no se improvisa.
3. Vendedor, atento y presente
No hay nada más triste que un expositor en su stand, con los brazos cruzados o peor, con la cara pegada al móvil. Si estás ahí, estás para interactuar, contar tu historia, generar confianza.
Mira a la gente a los ojos, sonríe, contesta dudas, pregunta, escucha. Tu saber estar como vendedor es clave. No hace falta que seas un comercial agresivo (por favor, no), pero sí que transmitas energía, pasión y atención. Estás representando tu marca, así que sé su mejor embajador.
4. No solo se vende: se construye marca
A veces nos obsesionamos con las ventas y se nos olvida todo lo demás. Y los pop ups, los mercadillos y las flashstore no solo son para hacer caja.
También son una oportunidad de oro para:
- Generar contenido para redes: Stories, vídeos, fotos del stand, del ambiente, de tus productos en manos reales.
- Hacer imagen de marca: cómo hablas, cómo colocas, cómo presentas.
- Testear tu producto en vivo y en directo.
- Recoger feedback valioso de clientes reales.
Si aprovechas cada evento como un ejercicio de branding, estás ganando mucho más que dinero.
5. Observa: qué vendes, a quién y por qué
Una pop up store es un laboratorio brutal en tiempo real. Tienes a tu clientela delante. Puedes mirar, analizar, preguntar, sacar conclusiones. ¿Qué productos llaman más la atención? ¿Cuáles se venden más? (No siempre son los mismos). ¿Qué perfil de cliente se acerca? ¿Edad, género, estilo de vida, poder adquisitivo?
Apunta todo. Esto te ayudará a entender mejor a tu público y ajustar tu oferta. Quizás descubras que tu cliente ideal no es quien pensabas. O que ese producto que tenías olvidado en el catálogo es tu nuevo superventas.
6. Reflexiona: ¿ha valido la pena?
Cuando termina el evento, no lo recojas todo corriendo y te vayas sin más. Haz una buena reflexión.
Pregúntate:
- ¿Qué he hecho bien y qué no?
- ¿Mi stand estaba a la altura?
- ¿He conectado con la gente?
- ¿Este evento es para mí?
- ¿Había otras marcas similares?
- ¿Había asistencia real de público?
- ¿Era mi público objetivo?
- ¿Lo que he pagado tiene sentido con lo que he obtenido?
- ¿He hecho contactos útiles?
- ¿He generado contenido?
- ¿Me ha gustado la experiencia?
Según las respuestas que tengas debes reflexionar y valorar la situación. No todos los eventos son para todas las marcas, y eso está bien y es lo normal. Saber detectar cuál o cuáles son los tuyos también es parte del proceso.
7. Ojo con la organización
Este punto es vital. No todos los eventos están bien organizados. Y no todos los organizadores son profesionales. Antes de apuntarte a una feria de la artesanía, un mercadillo o una pop up en Valencia o en otra ciudad, investiga:
- ¿Quién organiza el evento?
- ¿Tienen buena reputación?
- ¿Tienen experiencia?
- ¿Firmas contrato con condiciones claras?
- ¿El recinto cumple las normas?
Porque sí, también hay casos de eventos cancelados sin previo aviso, sin devolución, o con condiciones lamentables una vez llegas. Y aquí no hablamos solo de vender o no. Hablamos de transparencia, profesionalidad y respeto a tu trabajo por parte de la organización. La organización o persona que organiza no se puede hacer responsable de las ventas de cada expositor, marca o proyecto, porque como ya sabes, afectan muchas variables, pero si son responsables de ofrecer un espacio o recinto adecuado, una condiciones optimas para los expositores, un contrato y unas normas claras, estar presente durante todo el evento y coordinar de una forma lógica y con buen hacer el evento.
Es importante tener en cuenta que no siempre la organización del evento es propietaria del recinto o espacio, como puede pasar aquí en Mercado de Tapineria. Mercado de Tapineria es un espacio donde el equipo tapinero diseño, coordina y organiza un 30/40% de los eventos que se hacen aquí y el restante 60/70% son eventos de empresas y organizadores externos pueden alquilar nuestro espacio para llevar a cabo su evento, donde ellos son los responsables de las condiciones, precios, horarios, comunicación, selección de participantes, etc… en este caso Mercado de Tapineria solo es responsable del recinto.
Otro dato importante, escuchar opiniones de otros expositores está bien, pero no te fíes ciegamente. Cada experiencia es diferente. Una marca A puede tener ventas increíbles en un evento X, y una marca B en el mismo evento salir decepcionada. Las variables son infinitas: producto, atención, diseño, clima, día de la semana, competencia, etc. Prueba, experimenta, reflexiona y valora con tu experiencia propia.
8. Comparte, conecta, aprende
Uno de los regalos más bonitos de participar en estos eventos es la comunidad. Habla con otros expositores. Comparte experiencias. Mira qué hacen, cómo montan, cómo venden. A lo mejor descubres a un proveedor nuevo, un futuro colaborador o simplemente a alguien que te inspira.
Y sobre todo, disfruta del proceso. Sí, aunque vendas poco. Estás sacando tu marca a la calle. Estás probando. Estás creando. Y eso ya es un triunfo.
Un pop up es más que un puesto, es una experiencia, ya te lo comentamos también aquí. Participar en mercadillos, eventos, pop up stores o flashstores es mucho más que alquilar un metro cuadrado de espacio. Es un acto de exposición, de creación y de conexión. Es mostrar lo que haces, cómo lo haces y por qué lo haces. Es enfrentarte al mundo con tu proyecto en las manos y decir: “Aquí estoy”.
Así que la próxima vez que vengas a uno de los mercadillos en Valencia (¡y especialmente a Mercado de Tapineria!), hazlo con cabeza, con ilusión y con ganas de comerte el mundo. Que se note que tu marca está viva, que tu stand feria respira tu esencia, que tú sabes estar y conectar.
Y sobre todo, que te lo tomes en serio. Porque si tú no lo haces, nadie más lo hará.
Nos vemos en los eventos 😉